Del Cónclave al trending topic: la elección de León XIV paralizó al mundo

Por Jairo Molina Camargo

El 8 de mayo de 2025, el mundo estaba a la expectativa ante un acontecimiento histórico: la elección de Robert Francis Prevost como el nuevo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV. Este evento marcó el inicio de una nueva era para el catolicismo, sucediendo al papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio), quien falleció el 21 de abril de 2025 tras un papado de 12 años caracterizado por profundas reformas y una visión pastoral centrada en los pobres y marginados.

La elección del Sucesor de Pedro no solo convocó a millones de fieles católicos alrededor del mundo, sino que también captó la atención de amplios sectores no confesionales, interesados por la dimensión geopolítica, cultural y simbólica que representa la figura del Santo Padre. Esta transversalidad de audiencias evidencia el papel del Vaticano como actor influyente más allá del ámbito religioso, con capacidad de generar atención mediática global incluso entre públicos laicos o de otras confesiones.


Como en cada elección papal, el mundo entero volvió su mirada hacia la chimenea de la Capilla Sixtina, donde la señal más esperada no fue un anuncio oficial, sino un antiguo símbolo: el 'humo blanco'. Esta tradición centenaria, que comunica al pueblo de Dios la elección de un nuevo pontífice, se convirtió una vez más en el centro de atención global. A medida que la humareda blanca comenzó a elevarse sobre los tejados de la Sede Apostólica, acompañada del repique festivo de las campanas, millones de personas —en plazas, iglesias, oficinas y dispositivos móviles— entendieron en tiempo real que la Iglesia tenía nuevo Pastor. El humo blanco, en plena era digital, sigue siendo una de las señales más poderosas y universalmente comprendidas del catolicismo.

Aunque no se disponen de cifras exactas sobre la audiencia global del cónclave, eventos papales anteriores han demostrado un alcance masivo. Durante la visita del papa Francisco a Colombia en 2017, se estima que entre 180 y 200 millones de personas accedieron a la señal de la transmisión en más de 80 países, según informó el diario La República. Este nivel de interés demuestra que, más allá de lo religioso, la figura papal sigue siendo un fenómeno global de atención mediática.

El desarrollo del Cónclave ha sido uno de los más vistos y comentados en la historia reciente, con transmisiones en directo desde La Sede Papal distribuidas por cadenas como BBC, CNN, EWTN y Televisa, Caracol, RCN, además de millones de visualizaciones en YouTube, TikTok, Facebook Live e Instagram Reels. En plataformas como X, el hashtag #LeónXIV fue tendencia mundial en menos de 10 minutos, con interacciones desde los siete continentes. La Santa Sede, consciente del poder de los medios digitales, fortaleció su estrategia de comunicación con una cobertura multilingüe en tiempo real que superó los 250 millones de visualizaciones acumuladas en las primeras 24 horas. La Iglesia Católica confirmó así que también es un actor relevante en el ecosistema digital global.

Este alcance mediático sin precedentes también puede interpretarse como parte del 'legado' del papa Francisco, considerado uno de los pontífices más eficaces en términos de comunicación en la era digital. Desde el inicio de su pontificado en 2013, Bergoglio impulsó una estrategia de cercanía con los fieles a través de redes sociales, vídeos, mensajes directos y un lenguaje sencillo, logrando humanizar la figura papal y conectar con audiencias globales, incluso fuera del ámbito religioso. Su apertura a los medios y su presencia activa en plataformas digitales sentaron las bases para que eventos como la elección de su sucesor tuvieran una resonancia tan amplia y transversal.

¡Habemus Papam!


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